“el camino de la mayoría es fácil, el nuestro es difícil. Caminemos." (Hermann Hesse)
Es muy fácil mantenerse en una posición de falsa tranquilidad, donde preferimos atar una venda a nuestros ojos, eligiendo así vivir cegados por una profunda negación de lo que realmente somos o deseamos.
Es aquí donde no hay que hacer ningún esfuerzo, ningún sacrificio, donde se reprimen los sentimientos, donde no hay la necesidad de dar la cara al mundo y no tenemos que enfrentar esos más profundos temores que nos inhiben. Esta comodidad hace que empezamos a vivir de una forma muy irreal, ya que nuestro verdadero mundo interior no se podrá manifestar.
Aquí en este espacio es donde se mantienen y forjan su vida todos esos los que nunca fueron, todos los que por miedo a lo desconocido no se atrevieron, todos aquellos amores cobardes que no llegaron a ser historia y se quedaron allí, todos esos débiles de voluntad que prefirieron el yugo esclavizador de la resignación y no lucharon por lo que realmente deseaban.
Por eso yo decidí salir del sillón de la comodidad y elegí el camino difícil el que no todos se atreven a seguir. Donde obligatoriamente se tiene que abandonar ciertas cosas para poder continuar. Camino en el que te golpearan mil veces y caerás, donde necesitaras fuerzas y voluntad de lo mas profundo de tu interior para poder levantarte y avanzar. Camino que en definitiva nos hace enfrentar a nuestros propios temores, a nuestros propios limites, a nosotros mismos.
A través de este duro y sabio camino empecé a construir mi vida paso a paso, aprendí a superarme a mi mismo cada día, a ser mas seguro y crear mi propia moral, a vivir a través de mi propio criterio y voluntad no importando lo que digan los demás, a enfrentarme a la vida y asumir la realidad, a repudiar la debilidad, la esclavitud, la resignación.
Si en algún momento tengo que elegir nuevamente escogería este camino ya que gracias a el pude obtener el tesoro mas preciado la voluntad de poder.